jueves, 29 de septiembre de 2011

SALUD Y BIENESTAR

SALUD Y BIENESTAR

Toda práctica terapéutica debe propender a la consecución de la salud y el bienestar. No es otra, ni debe serlo tampoco, su finalidad. Pero, ¿es lo mismo salud que bienestar? ¿Son sinónimas estas palabras o, por el contrario, entrañan matices diferentes?
La palabra salud procede del latin salus, y en la antigua y bella lengua del lacio tenía, entre otros, los sentidos de buen estado flsico, salvación, conservación. Para nosotros, salud es el estado en el que un organismo vivo realiza normalmente todas sus funciones. El estado sanitario de una población es aquel, por ende, en el que los organismos de las personas realizan normalmente todas sus funciones vitales. El término salud, en este contexto, es un tanto aséptico. De algún modo recuerda algo así como a las «labores de mantenimiento».
Bienestar procede de dos términos latinos: bene, bien, y stare, estar en pie, estar firme, estar inmóvil. Esto es, bienestar significa estar firme y bien.
El diccionario acude en nuestra ayuda y nos aclara aún más la cuestión:
1.- Estado acomodado y en el que las necesidades materiales están cubiertas.
2.- Estado de una persona cuando se siente en buenas condiciones físicas y psíquicas.

  El bienestar presupone unas buenas condiciones tanto fisicas como psíquicas. De ello se infiere que el bienestar es un paso más que el de la salud, va mucho más allá.

El mundo actual va, en cierta medida, del trabajo al ocio, de la salud al bienestar. Ya no nos conformamos, por fortuna, simplemente con que nuestras constantes vitales sean normales. No nos conformamos con que el ácido úrico que se forma como consecuencia del metabolismo de los ácidos nucleicos ADN y ARN y las purinas, y que se encuentra en los líquidos articulares, formando cristales en los tejidos cuando su concentración es superior en el suero a 6,5 mg/dl, en el caso de las mujeres, o de 7,5 mg/dl, en el de los hombres, o que el colesterol HDL y LDL tengan unos valores respectivos de 35-65 mg/dl, en el caso primero, y de 80-185 mg/dl, en el del segundo, sino que pedimos obtener una sensación placentera, de disfrute de la vida. A fin de cuentas nuestros organismos no tienen por función ser idolatrados, sino permitimos vivir plenamente, enriqueciéndonos como personas con un deleite vital inextinguible. Estar sano es estar vivo, sin achaques; sentir bienestar es gozar del vivir. Ambos se necesitan. Uno sin el otro no son nada. Constituyen las dos caras de una misma moneda.

El buen médico evita la enfermedad,
el mediocre se apresta para la inminente,
el malo trata trata la ya sobrevenida

Proverbio chino

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